Portugalete ha sido este sábado epicentro de la fiesta, pese a que el tiempo no lo puso nada fácil desde primera hora de la mañana.
La propia imagen de la virgen tuvo que procesionar bien forrada en plástico para evitar que se dañara por el agua.
Ataviados con paraguas y chubasqueros txistularis, trikitilaris y miembros del grupo de danzas Berriztasuna acompañaron a su virgen más querida desde el convento de las Siervas, donde había pasado las horas previas, hasta la basílica Santa María. Hasta la parroquia llegó portada por mujeres; después de la misa, fueron hombres los encargados de portar las andas.
La lluvia arreció, especialmente, en el momento de la procesión marítima.