Ambos murales se emplazan en los muros de la casa ubicada junto al funicular, cedidos por la familia Martín.
Uno de ellos representa a varias mujeres lavando mineral, y el otro expone la llegada del primer coche al humilde barrio de Burzako .
Ambos dibujos se han extraído de dos fotografías de mediados del siglo pasado, convertidas en un nuevo atractivo de la zona alta de Trapagaran.