Ante “la pasividad institucional”, Ernai reconoce en un comunicado la autoría de esta acción, que ha terminado esta madrugada con este símbolo de la dictadura en aguas de la ría.
La organización juvenil señala que se cumplen 85 años de los bombardeos que sembraron de destrucción decenas de pueblos de Euskal Herria, y que aún perviven elementos de exaltación del régimen de Franco.
Por su parte, el Ayuntamiento califica de acto vandálico el derribo de la cruz de Cabo Quilates.
Condena rotundamente esta acción y recuerda que el órgano competente en Memoria Histórica ya había decidido la sustitución de este elemento por otro que contase la historia de lo que ocurrió en ese lugar.
Cabo Quilates era un navío que se encontraba fondeando en el puerto de Bilbao cuando estalló el golpe de estado de 1936.
Fue incautado y utilizado como buque prisión anclado en la dársena de Portu.
Tras un bombardeo aéreo sobre Bilbao, fue asaltado por milicianos que provocaron numerosos muertos entre los presos, acusados de simpatizar con el bando franquista.
La cruz simbolizaba este suceso.
Su derribo ha sorprendido al Ayuntamiento porque la decisión de sustituir la cruz había sido adoptada de forma participativa en el Órgano de Recuperación de la Memoria Histórica, formado por todos los partidos políticos con representación municipal y personal técnico del área de alcaldía.
En ese sentido, el consistorio rechaza que se haya actuado “con nocturnidad y alevosía, queriendo imponer ritmos y decisiones propias sin respetar el sentir de Barakaldo”.
El personal técnico municipal ha contactado con la Autoridad Portuaria para informar sobre el hecho y ver la forma de proceder.