El vallado impide el acceso a las personas que, desde hace años, se encargan de su alimentación.
De los 15 que componían la colonia, 5 han desaparecido, 4 han resultado atropellados y el “estrés ha acelerado enfermedades que algunos padecían y han tenido que ser eutanasiados”, señalan desde Katu CEStao.
Antes del inicio de las obras, esta asociación ya había trasladado su preocupación al ayuntamiento y le había pedido delimitar allí una zona segura e instalar tolvas de alimentación o reubicar a los felinos.
Ahora esperan poder acceder para capturar a los que aún siguen vivos y reclaman del consistorio una mayor implicación y empatía.