El concejal de deportes ha salido al paso de una información en prensa que alertaba de un supuesto riesgo para la salud debido al exceso de cloro en las piscinas de Txurruka, al recoger las quejas de varios padres de niños que acuden a clases de natación, y que han referido dificultades para respirar, picores en los ojos y machas rojas en la piel.
«No hay que alarmar» pues «no ha habido ningún riesgo extremo», ha clamado Iker Villalba.
El edil ha explicado que lo ocurrido ha sido un hecho «muy puntual»; concretamente, se rompió la válvula dosificadora de cloro; «algo que es imposible controlar de antemano»; y se actuó en el momento en que se detectó la rotura, cerrando la piscina durante 24 horas, hasta que se tuvo la seguridad de que la avería había sido resuelta.
Villalba considera exagerado hablar de un problema sanitario en una piscina que diariamente se somete a los controles rutinarios que corresponden.