El alcalde, Xabier Cuellar, reconoce que no es un lugar para vivir, y menos con niños menores, pero el Ayuntamiento, según ha apuntado, ”no tiene capacidad” para ofrecer una respuesta a esta familia.
Existe un precedente en el que el Gobierno Vasco se hizo cargo de un matrimonio que había ocupado una fábrica abandonada del municipio.