Tras el anuncio la semana pasada de un convenio entre Gobierno Vasco, Diputación y Ayuntamiento de Trapagaran para “poner en valor” el funicular, el presidente de la asociación de vecinos del barrio ha recordado que si el “funi” goza de protección es por iniciativa vecinal.
Y es que fueron los vecinos quienes hace 9 años llevaron una propuesta al pleno municipal, avalada por 16.000 firmas, para que este histórico transporte fuera declarado bien de interés cultural; declaración que, posteriormente, lograron con otras 27.000 rúbricas de apoyo ante el Gobierno Vasco.
Igualmente, en 2016 reclamaron en Juntas Generales de Bizkaia que la cabina, que ahora sí se va a devolver a su enclave original, se trajera de vuelta a Larreineta; entonces, sólo EHBildu les apoyó, y ésta ha permanecido desde entonces en el museo del ferrocarril de Azpeitia, alegando que se encontraba en muy mal estado.
Santi Ortega acusa a los responsables institucionales de actuar siempre a remolque de las propuestas vecinales.
Y les lanza una última petición; la recuperación de una galería abandonada que aún conserva en su interior 7 vagonetas, testigo de la pasada explotación minera de los barrios altos de Trapagaran.