Sus caras de alegría esta mañana lo decían todo.
Después de muchos meses de «desesperación», ya pueden dormir tranquilos.
Se muestran agradecidos con la jueza por la «rapidez» en conceder la orden de alejamiento que ha derivado en la salida de los ocupas; y con la alcaldesa de Santurtzi por haberles otorgado la protección que demandaban.
Aún en tensión, porque no se lo «acaban de creer», tienen previsto celebrar una comida porque, ante todo, son una comunidad muy bien avenida.