Pocos son los negocios que, hoy en día, alcanzan la edad “madura“ en la localidad.
Este, en concreto, actualmente, está regentado por la tercera generación familiar.
En 1973, María Teresa Moliner y su hijo Joaquín Betés, decidieron dejar la agricultura en Ejulve (un pequeño pueblo turolense) para probar una mejor vida en Barakaldo.
50 años después, ya jubilado Joaquín Betés, los sobrinos de los fundadores, Ángel y Carlos Sanz, continúan la saga de loteros en el mismo emplazamiento; Merindad de Uribe, 2; y con la misma ilusión que el primer día.
Se desviven para “seguir dando premios y repartiendo ilusión entre sus clientes y amigos”.