Esta reapertura se produce tras la finalización de las obras llevadas a cabo para minimizar las afecciones por inundaciones que muchas ocasiones han obligado a cortar esta vía durante periodos de lluvias intensas.
La solución adoptada ha consistido en la elevación de la rasante de la BI-735 en un tramo de unos 500 metros de longitud.
Para llevar a cabo esta actuación se ha reducido la plataforma del vial y se han eliminado los carriles centrales y se ha creado una glorieta.
Los trabajos han durado 7 meses y medio y han supuesto una inversión de 1,8 millones de euros.
Con la finalización de estas obras, la Diputación Foral de Bizkaia refuerza su compromiso con la mejora de la infraestructura vial y la seguridad de las personas usuarias ofreciendo soluciones sostenibles y duraderas ante los desafíos climáticos y de tráfico en el territorio.