Se instalaron 60 stands en la plaza San Juan donde además se organizaron actividades infantiles, exhibiciones de perros de caza y aves rapaces y los visitantes pudieron asistir a un rescate en el que participaron un helicóptero y la unidad canina de la Ertzaintza.
También se habilitó un pequeño espacio para reponer fuerzas, donde se pudo degustar gratuitamente pescado de roca y jabalí, con vino y txakoli, junto a diversos productos agroalimentarios de Enkarterri y del Cantábrico.
En la edición de este año, en la que el Área de Medio Ambiente municipal ha participado por segunda vez, destacó la instalación de una máquina de Reverse Vending que proporcionó eco-tickets a los usuarios, a cambio de reciclar envases, que pudieron canjear por regalos.
Además durante la Feria, se pusieron a disposición del público varios coches y bicicletas eléctricas.
Los más curiosos pudieron disfrutar de la artesanía en tallas de madera, señuelos artificiales, bastones, maquetas de barcos y aviones y antigüedades.
Una comida popular en el Frontón Berria puso el punto y final a esta feria organizada por el club local Arraintxori.