Y es que consideran que les están haciendo «trampas» porque a la hora de calcular la subida del IPC se tienen en cuenta productos como operaciones de cirugía estética, floristería, transporte aéreo, servicios financieros, joyería, alojamiento en hoteles o seguros médicos privados.
En realidad, según la OCU, los alimentos, que es lo que consumen los pensionistas, han subido un 38% desde 2020, mientras que el último incremento de las pensiones se cifró en un 3,5%.