Es lo que se llama «imagen corpórea»; tan de moda en los municipios que habitualmente atraen turismo.
Los turistas acostumbran a utilizar estas letras para sacarse la clásica foto que atestigua su presencia en la localidad.
Pero sólo en Portugalete esa imagen queda enmarcada por un patrimonio de la humanidad pues el puente colgante le sirve de fondo.
El objetivo, a fin de cuentas, es promocionar la villa como destino turístico.