Sólo la solidaridad jarrillera ha hecho posible la partida del buque escuela ruso Shtandart, uno de los participantes en la concentración marítima del pasado fin de semana.
Capitaneado por un ruso exiliado de su país, y con tripulación en su mayoría ucraniana, pese a trabajar por el hermanamiento de diferentes culturas, el Shtandart ha tenido dificultades para abandonar la villa porque ninguna empresa quería suministrarle gasoil debido al origen de su bandera.
Gracias a la mediación del alcalde con el puerto de Bilbao, se ha conseguido que repostase en las instalaciones portuarias.
Y además, asociaciones culturales y deportivas de la villa, agrupadas en el colectivo Elkarrekin Arraunean, junto con la cofradía de Mareantes y Navegantes, han reunido 2.000 euros y una donación en comida para que pudiera seguir su ruta, ante los constantes problemas que presenta este barco para poder atracar en puertos internacionales.