Es, además del patrón de la villa jarrillera, el protector contra las epidemias, así que era obligado rendirle tributo, o más bien pedirle protección, pero estaba claro que no podía realizarse un acto masificado.
En su lugar, el tradicional ir y venir de personas por la ermita del santo ,este año se ha sustituido por un pequeño , simbólico y emotivo acto con aforo muy limitado y obligada distancia personal.
El grupo de danzas Lorabarri ha sido el encargado de ponerlo en escena:
.