Hasta su reapertura el 7 de octubre, han estado 15 meses cerradas.
En julio de este año, el alcalde y la concejala delegada de drogodependencias remitieron a la consejera de salud una carta , transmitiéndole su profundo desacuerdo con esta medida, máxime cuando, en algún momento, sí se autorizó la reapertura de txokos de personas adultas, mientras los espacios juveniles permanecían cerrados.
No hay que olvidar que un estudio encargado por el consistorio jarrillero evidenció el impacto emocional que el cierre de las lonjas tuvo en la juventud portugaluja, circunstancia que, a juicio, de los responsables municipales no debería caer en el olvido.