Si bien es cierto que antaño eran muchos más los vehículos, especialmente camiones, que se acercaban cada 10 de julio a la «República Independiente de Repélega» para recibir la bendición del párroco, este barrio portugalujo mantiene con arraigo la tradición, y aún, a día de hoy, toman parte varias decenas de coches, bicis, motos, ambulancias y hasta alguna autocaravana.