El colegio Ruperto Medina implica cada año a toda la comunidad del barrio de Buenavista en su mercado de Santo Tomás; padres, madres y profesorado elaboran dulces, tortillas o manualidades; venden juguetes y libros donados por las propias familias; y hasta la asociación vecinal se encarga del talo con chorizo.
Otro de los puestos recaudaba hoy fondos para la investigación de una de las llamadas enfermedades raras que padece un alumno del centro.
Sin duda, este Santo Tomás resulta un aprendizaje para los alumnos de Ruperto Medina más allá de lo que estudian a lo largo del año en las aulas.
Los escolares saben perfectamente que su esfuerzo se destinará este año a una escuela de Paiporta ,afectada por el Dana de Valencia, y a seguir costeando la educación de 2 niñas que amadrinan, junto con la ONG Creando Futuros, en Senegal.