Así lo denuncia ADISA, la asociación de personas con discapacidad física de la localidad.
El Ayuntamiento ha invertido 250.000 euros en reformar el Agurtza, barco-museo vinculado a la historia de la pesca, pero «se ha olvidado» de arreglar el ascensor que da acceso a cubierta.
Esto priva a las personas con movilidad reducida de poder disfrutar de las visitas guiadas que se ofrecen desde la oficina de turismo.