La Policía Local también ha comprobado el estado sanitario y administrativo del negocio
Agentes de la Ertzaintza detenían, en la tarde de ayer en Sestao, a un varón de 34 años de edad acusado de un delito de tráfico de drogas. La detención se producía después de que los agentes confirmaran dos ventas de hachís por parte del sospechoso y comprobaran, asimismo, que el bar que supuestamente atendía el detenido apenas podía realizar ninguna actividad como tal, al no tener en funcionamiento ninguno de los servicios necesarios para ello, y que su estado sanitario era lamentable.
Agentes de la Ertzaintza comenzaban, en la tarde de ayer, la vigilancia de un bar de la calle Juan Tomás Gandarias de la localidad de Sestao, ante la posibilidad de que estuviera siendo utilizado para vender sustancias estupefacientes. Las sospechas de los agentes se habían suscitado ante el hecho de que el local apenas tenía movimiento de personas, a lo que había que sumar los datos que indicaban que la Ertzaintza ha tenido que actuar contra sus regentes en seis ocasiones, desde el año 2014, por delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Así, a lo largo de la tarde los agentes sólo veían entrar en el bar a dos varones, que además salían del mismo en un par de minutos, después de que -como podían comprobar los ertzainas- se hubiera producido entre ellos y el camarero un intercambio de dinero por un pequeño objeto sin identificar.
Una vez que cada uno de los individuos abandonaba el bar, era interceptado por una patrulla policial que comprobaba que, efectivamente, lo que había hecho en el local era comprar al camarero una determinada cantidad de hachís.
Ante estos hechos, los ertzainas decidían entrar en el bar e identificar al camarero, único responsable del local en ese momento. Tras identificarlo como un varón de 34 años de edad, realizaban un registro somero en el bar, localizando así algo más de 170 euros en billetes pequeños escondidos bajo el cajón de la caja registradora, probablemente resultado del menudeo de la droga. Además, localizaban en poder del propio camarero dos trozos de sustancia prensada, similar a la encontrada en poder de los dos supuestos compradores. En la cocina, los agentes localizaban, escondida en un hueco bajo una balda, una balanza de precisión con restos del mismo material prensado.
Ante estos hechos, los ertzainas procedían a la detención del camarero, un varón de 34 años de edad, bajo la acusación de un delito de tráfico de drogas.
Por otro lado, en el registro del local los ertzainas podían comprobar que el mismo difícilmente podía operar como bar, dado que las cámaras de frío, la máquina de café, las máquinas de hielo o el grifo de cerveza estaban apagados y fuera de uso. Además, en la cocina encontraban comida en descomposición y mucha suciedad, incluída gran cantidad de heces de ratas.
Por este motivo, daban aviso de esta situación a la Policía Local de Sestao, una de cuyas patrullas se personaba en el lugar de inmediato y levantaba acta, tanto del estado sanitario del bar, como de su situación administrativa, para que el Ayuntamiento pueda tomar las determinaciones oportunas.