Entendiendo que estas fiestas son un revulsivo económico muy importante en las comarcas, generando una importante actividad económica durante los días de fiesta, esta decisión ha sido especialmente difícil, ya que conllevará que ese impacto económico de cada año no repercuta en esta ocasión en el tejido empresarial de los diferentes pueblos.
Sin embargo, y como un ejercicio de responsabilidad, los diferentes ayuntamientos han decidido suspender las fiestas con el fin de poder dotar de una mayor cuantía económica a los diferentes servicios que se están poniendo en marcha, así como a los ya existentes, para dar la máxima cobertura posible a comerciantes, sector hostelero, autónomos/as, microempresas, y personas o colectivos en estado de vulnerabilidad derivado de la actual situación. Asimismo, a día de hoy nada garantiza tampoco que la mayoría de locales que pudieran verse beneficiados de este impacto tampoco puedan para entonces ejercer su actividad, o al menos en condiciones plenas.
Por el momento, y dado que a día de hoy no están garantizadas las medidas necesarias en materia de seguridad e higiene para poder celebrar las fiestas sin riesgos, no sería responsable empezar a hacer contrataciones y programar actos sin saber si estas van a poder celebrarse.
Los y las regidoras de los municipios insisten en la dificultad de adoptar esta decisión y coinciden en que es momento de aportar la mayor cuantía económica posible a cubrir esas necesidades generadas por la alerta sanitaria, para no dejar atrás a ningún vecino ni vecina.
Portugalete, Trapagaran y Zierbena, de momento, aplazan la decisión sobre sus fiestas.