Por este motivo, recibirá una distinción europea.
La localidad minera emite 366 toneladas de CO2 al año.
El objetivo ahora es ir reduciendo gradualmente ese volumen de gases invernadero mediante la adopción de diversas medidas propuestas.
Entre ellas, se prevé la instalación de paneles de energía fotovoltaica en edificios municipales como colegios, polideportivo y piscinas; el control del “consumo fantasma” en los equipos electrónicos que siempre están conectados a la corriente; y la sustitución de la flota de vehículos, empezando por la inminente compra de un hibrido para la policía municipal.