A Emiliano de Pablo siempre le ha gustado «doblar hierro».
Así que este jubilado de Petronor emplea ahora su tiempo libre en elaborar «mazo en mano» una suerte de creaciones que prácticamente le han convertido en un orfebre del metal que marcó el desarrollo de Bizkaia.
Por eso, su trabajo entronca con el pasado minero de Meatzaldea.
Es digno de admirar un castillo de Muñatones que muestra con orgullo en su taller de El Cerro, en Muskiz, pero su último trabajo obra el milagro de devolver, aunque sea a escala, a su emplazamiento original el histórico cargadero de mineral de El Castillo.
El original, arrasado por un temporal en 2008, reposa en las profundidades del mar Cantábrico.
Emiliano ha colocado su reproducción en las inmediaciones con un claro efecto simbólico.