Además, se mejorará la cualificación de los profesionales que trabajan en estos centros, en su mayoría mujeres.
Son dos de los pilares del plan diseñado por la Diputación para que los equipamientos sean lo más parecido a un hogar para aquellas personas que ya no pueden ser atendidas en el suyo.
El ente foral invertirá en ello 185 millones de euros.