Buena parte de los cascotes cayeron, el pasado jueves, sobre la vivienda del último piso del número 43, ocasionando tales desperfectos, que imposibilitan, de momento, la vuelta de esta pareja a su domicilio.
Hace ya un año, este vecino alertó del peligro de desprendimiento de la fachada de la Avenida Miranda que colinda con su edificio, ante la caída de varias “piedras”, alguna incluso a la carretera.
Para Juan Antonio, el fuerte viento de la pasada semana no hizo si no acelerar la caída de parte de la fachada, por las “malas” condiciones en la que se encontraba.
La incertidumbre y “falta de información” sobre cuándo podrán volver a su casa les está minando.
5 noches llevan ya, “sin dormir”, de un alojamiento a otro, y casi 1.000 euros gastados.