Más de 350.000 niños, niñas y adolescentes de Euskadi no votan, pero piden que se les tenga en cuenta, porque lo que se decida les afecta; y quieren acciones que les protejan y garanticen sus derechos.
Y es que, de la decisión que se tome este 12 de julio, dependen los presupuestos que la administración vasca destinará después a la infancia, especialmente a la más vulnerable.