Un enorme graffiti tapa prácticamente por completo uno de los laterales del pequeño funicular de los accesos mecánicos del grupo Serantes.
Desde su inauguración, en febrero de 2011, los ascensores habían sufrido alguna pequeña pintada en forma de firma, pero nada comparado con este graffiti.
Su eliminación les costará a todos los santurtziarras algo más de 1.000 euros; tanto limpiar como repintar la carcasa.
Previsiblemente, la pintura del cristal se quitará con facilidad , no así del resto de la cabina que requerirá de un repintado.
La alcaldesa, Aintzane Urkijo, ha calificado de “inconcebible” lo ocurrido.
Dice no entender que “haya quienes disfruten haciendo cosas así” pues este tipo de sabotajes “suponen importantes cantidades de dinero en reparaciones”.
La policía trabaja en identificar a las personas implicadas en estos actos vandálicos.