Ainhoa y Gloria viven en el número 33 de la calle Vista Alegre; en las faldas del monte Serantes, y de un tiempo a esta parte asisten con temor al desprendimiento de piedras de gran tamaño a una corta distancia de su casa.
La malla metálica que debería proteger el talud ha vencido.
Han acudido al ayuntamiento de Santurtzi pero no han obtenido respuesta.