La ausencia de aceras, pasos de cebra o semáforos, a lo largo de 4 kilómetros desde Laureta hasta Kobarón, supone un peligro constante para los residentes de barrios como La Rigada, que se desplazan andando a los centros escolares, la estación del tren, el ambulatorio o el Ayuntamiento.
La agrupación vecinal Larrigadakoak lleva 5 años demandando una solución, y cuando la legislatura pasada, ya se las prometían felices; tenían un proyecto,un acuerdo entre Diputación y Ayuntamiento, y un compromiso de todos los partidos políticos; de un tiempo a esta parte «no ha habido avances»; es más, perciben que se «están dando pasos atrás».
Desde octubre acuden mensualmente a los plenos y, de momento, lo poco que han sacado en conclusión es que aún no se ha contratado el proyecto y tampoco se sabe cuándo se contratará.