Lo ha celebrado hoy en la residencia Miranda de Barakaldo, dónde actualmente reside.
Vitori forma parte de una saga muy longeva; su hermana Trini cumple mañana 102 años, y otras 2 hermanas más, Puri y Avelina, tienen 97 y 92 años respectivamente.
El 13 de octubre de 2.019, domingo, entraron unos ocupas en su casa, aprovechando que estuvo unos días en Barakaldo ayudando a su hermana.
Su caso tuvo gran repercusión mediática, y dio lugar a una movilización vecinal anti-ocupación sin precedentes hasta el momento.
A pesar de que gracias a esa respuesta ciudadana logró recuperar el inmueble, y esa misma noche de desalojaron otras 2 viviendas más ocupadas en Portugalete, ya no volvió a habitar de continuo esa casa, únicamente fueron visitas puntuales y a recoger sus enseres, principalmente por el miedo que le imponía la vivienda tras la ocupación.
Y eso que esta casa de la barriada obrera de El Progreso, en Repélega, era muy especial para su familia.
En el momento de máxima ocupación, la vivienda llegó a estar habitada por 14 personas entre los años 1.956 y 1.958.
Y es que ,a medida se fueron casando sus hermanas, se quedaron a vivir en la casa junto con el resto de familia y sus respectivos maridos, más los dos hijos que tuvieron cada una.
Así que 4 sobrinos de Vitori, hijos de sus 2 hermanas, nacieron en la misma casa.
La vida de esta familia ha sido la historia viva de Portugalete y de la Margen Izquierda entre los siglos XX y XXI.
Su padre, originario de un pueblo de Valladolid, de hecho era trabajador de «La Vizcaya», fábrica que dio lugar a Altos Hornos.
La vivienda de Portugalete ubicada en el Grupo del Progreso Nº 66 fue concedida el 1 de octubre de 1.931.
A partir de esa fecha, Vitori vivió siempre en esta casa.
Asistió a la escuela de Maestro Zubeldia, y después a la que inauguraron en Abatxolo.
Con 11 años, en julio de 1.936 fue con su madre y dos de sus hermanos más jóvenes al pueblo de Valladolid con la intención de pasar unos días y a conocer a su abuela Justa.
En ese momento estalló la guerra civil, por lo que se tuvieron que quedar en el pueblo hasta terminar la contienda.
Fue la época más dura de su vida al no disponer de recursos, por lo que vivieron en la más absoluta pobreza, pasando hambre y teniendo que pedir en un pueblo donde nadie tenía nada y nada les podían dar.
Posiblemente, esta situación la hizo ser muy «aprovechada en las comidas» y generosa con los demás.
Cuando se jubiló y murieron sus padres puso en el taquillón de entrada un platito con monedas para las personas sin recursos, así que tenía «cola de pobres».
Dado sus conocimientos de costura, Vitori estuvo trabajando desde muy joven en Intendencia Militar, en el edificio del Tigre en Deusto (Bilbao), hasta la edad de jubilación, y después atendiendo también a sus padres hasta que fallecieron en Portugalete.
Si algo se debe destacar de Vitori es su generosidad con los demás, su solidaridad, su sentido de la crítica con la sociedad del momento que le ha tocado vivir y su convencimiento en lo religioso; también su memoria y su mente privilegiada.
De haber nacido en otro momento, bien por la situación política o en mejor situación económica, habría cursado estudios superiores.