Se trata de 2 chicas que cuando eran niñas pasaron veranos en el municipio minero, y se alojan en casa de sus familias de acogida.
Una de ellas ha llegado con su hijo de 6 años, que ya ha sido escolarizado en una escuela pública de la localidad.
El Ayuntamiento ha establecido un pequeño protocolo para organizar la atención a los refugiados que puedan llegar, incluyendo empadronamientos, ayudas económicas, asistencia psicológica e incluso idiomática.
También cuenta con un piso municipal y con las instalaciones del colegio de las monjas ahora cerrado.