En principio, tenían previsto recoger ropa de abrigo con destino a los afectados del terremoto en Turquía hasta el domingo 19 de febrero, pero les está resultando imposible gestionar el aluvión de donaciones.
Sacos y bolsas de ropa se amontonaban hoy tanto en el interior como en el exterior de sus instalaciones.
Ahora lo que les hace falta son voluntarios para ayudarles a clasificar y empaquetar las prendas recibidas.