Los vecinos de Mamariga expulsados de sus casas tienen puestas todas sus esperanzas en la nueva corporación de Santurtzi.
Tras años de vacío institucional, reclaman la implicación del ayuntamiento , que, al fin y al cabo, es quien les presionó para aceptar una operación que no deseaban. Ante todo piden dialogo para alcanzar soluciones que no les obliguen a esperar otros 8 años para su realojo.